Fuchs fue un doctor en medicina germano-danés autor de numerosos tratados medicinales, aunque su obra más importante en relación con la historia natural fue De historia stirpium commentarii insignes, publicada por vez primera en 1542. En este tratado se describían multitud de especies con sus propiedades medicinales conformando una guía de plantas a partir de sus nombres en varias lenguas, descripciones, observaciones acerca de su hábitat, floración e incluso su "temperamento", y las aplicaciones terapéuticas que se le atribuían desde la antigüedad.

Fuchs prestó especial atención a la morfología de cada una de las plantas y creyó que las ilustraciones resultaban vitales, supervisando a fondo el proceso de realización de las mismas para su libro. Los dibujos originales fueron realizados sobre plantas vivas por Albrecht Meyer. Posteriormente Heinrich Füllmaurer y Veit Speckle grabaron estos dibujos en planchas de madera, cotejándolos con el ejemplar original. Fuchs, mientras tanto, revisaba y completaba los resultados, y corregía los errores puntuales. El resultado de este proceso fue un conjunto de ilustraciones de plantas–tipo que no tenían por qué parecerse a ningún espécimen en particular, llegando a plasmar en la misma imagen flores y frutos para facilitar a los naturalistas su identificación.

Fuchs organizó su herbario por orden alfabético, a partir de sus nombres en griego, aunque incluyó también los nombres en latín y en alemán. De historia stirpium fue también el primer glosario botánico, ya que Fuchs incluyó una nomenclatura que contribuyó a estandarizar la terminología botánica de las distintas partes de las plantas. Por último, Fuchs describió por vez primera aspectos de la distribución y la floración, muy importantes a la hora de la recolección de plantas medicinales, e incluyó el "temperamento" de cada especie (su combinación de las cuatro cualidades de la medicina galénica que se relacionaba con sus virtudes terapéuticas: calor, frío, humedad y sequedad).  

La obra de Fuchs fue importantísima durante el siglo XVI, ya que al incluir también especies sin propiedades curativas, contribuyó así de forma decisiva a afianzar la botánica como disciplina independiente de la medicina, erigiéndose como un auténtico hito en la historia natural del Renacimiento.

Este compendio botánico fue traducido al español en 1557 por Juan de Jarava (Historia de yerbas y plantas, con los nombres griegos, latinos y españoles).