Otto Brunfels (1448-1534)

 

Médico y botánico alemán, Brunfels es considerado uno de los padres de la botánica. Publicó en Estrasburgo, en 1530, su Herbarum vivae eicones, uno de los primeros textos botánicos impresos. Esta obra está compuesta por descripciones de plantas procedentes de textos antiguos, acompañadas de más de 300 xilografías sobre dibujos que Hans Weiditz, discípulo de Durero, había realizado basándose en ejemplares originales. El Herbarum marca el inicio de una etapa nueva, donde las ilustraciones comienzan a adquirir una gran importancia y protagonizan el ordenamiento de las distintas especies dentro del catálogo.

 

Herbarum vivae eicones fue el primero de una serie de tratados sobre plantas que se escribieron en Europa a principios del siglo XVI en los que se utilizaba como base la indiscutible autoridad científica de De Materia Medica de Dioscórides, y se fueron añadiendo descripciones de nuevas plantas de la regiones en las que los autores vivían. En este herbario de Brunfels se enumeran las sustancias producidas por las plantas medicinales descritas y, en menor medida, los animales y minerales con valor terapéutico.

 

Como precedente del Herbarum se puede considerar la edición en 1529 de una traducción latina de De Materia Medica, editada por Brunfels y realizada también en las prensas de Schott. Si se considera además que Brunfels aprovechó el texto de Dioscórides para redactar los comentarios a cada planta de su Herbarum, es probable que ambos libros formaran parte de un mismo proyecto.

 

Los dos primeros tomos de la obra se publicaron en Estrasburgo en 1530 y 1532, el tercero en 1536, cuando ya Brunfels había fallecido. Fue traducido al alemán a partir de 1532. Por encima del texto compilado por Brunfels, es de valorar la calidad de los dibujos de Hans Weiditz, uno de los grabadores más importantes de aquel momento, de la Escuela de Durero, que fijó nuevas fórmulas de veracidad y belleza para los herbarios impresos, y que hicieron del Herbarum vivae eicones una obra de referencia básica en el mundo de la ilustración botánica.

 

Se han conservado dibujos pintados a la acuarela de las ilustraciones de la obra, posiblemente hechos por Weiditz, para que sirvieran de modelo para el coloreado posterior de los grabados en el mismo taller. No hay que olvidar que el color es un elemento identificador importante en una planta, por lo que, el hecho de que los ejemplares fueran coloreados no tenía una connotación de lujo, sino de descripción científica. Pero el elevado coste de los ejemplares a color hizo que parte de ellos se vendieran sin iluminar. Weidetz no colaboró ya en la edición del tercer tomo de la obra, cuando ya Brunfels había fallecido, por lo que el impresor tuvo que acudir para la ilustración de este tomo a grabados tradicionales de los herbarios del siglo XV.