No se sabe con seguridad el lugar de nacimiento de Cristóbal Acosta o Cristóvão da Costa, aunque sí lo hizo en el continente africano, bien el las islas portuguesas de Cabo Verde o en Tánger, aunque también se ha barajado un posible origen ceutí. Se formó en el seno de una familia judeoconversa ligada al imperio portugués en África, por lo que se le apodó El Africano. En 1550 viajó a las indias orientales, ejerciendo como médico en el Hospital Real de Cochín en 1569 y herborizando en varias zonas de la India, donde conoció a García de Orta, para regresar a Portugal en 1572.
En 1576 Acosta se establece en Burgos como médico municipal, donde publicará en 1578 su obra más reconocida: Tractado de las drogas y medicinas de las Indias Orientales. El ella describe los efectos de 69 especies de plantas, entre las que se encuentran la canela, las pimientas blanca y negra, el clavo, la nuez moscada, la cúrcuma, el jengibre o el opio, entre otras. Se tratan también los lugares de procedencia de cada especie, así como su forma de recolección, conservación y uso. En ella se traduce al castellano parte de la información publicada por García de Orta en 1563. Aunque la obra es publicada en castellano,ofrece los nombre comunes de las especies tratadas en otras lenguas peninsulares (portugués, catalán y vasco), europeas (italiano, francés, inglés, alemán, flamenco) y también en varias lenguas orientales. Está provista de 47 xilografías que permiten con facilidad identificar la especie vegetal en cuestión, ya que están realizadas sobre dibujos de ejemplares vivos y muestran un grado de detalle aceptable. Se trata, en la mayoría de los casos, de la primera vez que se figuran estas especies asiáticas en Europa, donde eran completamente desconocidas, por lo que su tratado pronto adquiere una importancia crucial en la farmacopea occidental.
Curiosamente, Acosta dedica en esta misma obra un estudio al elefante asiático, ilustrando por primera vez en Europa este animal mediante dos xilografías que fueron ampliamente copiadas y reproducidas durante los dos siglos siguientes.
Dada su importancia, enseguida Charles L'Ecluse tradujo la obra de Acosta al latín (1582), publicándose otras cuatro ediciones en el taller de Cristóbal Plantino de Amberes. Muy pronto también vio la luz una traducción al italiano publicada en Venecia (Ziletti, 1585) y otra al francés en Lyon (Pillehotte, 1602) con dos reimpresiones posteriores.